La globalización nos vende la idea de que
ser feliz es obtener una estabilidad económica, laboral y lograr una posición
social; pero ¿Hasta dónde debo llegar para lograr este objetivo? Como
ingenieros civiles debemos saber que nuestra profesión nos invita a contribuir
con el desarrollo de un país a través del trabajo de calidad y asegurando una
mejor forma de vida para los pobladores de la región; y de hecho este propósito
no es posible sin una férrea ética profesional basada en el respeto, la
dignidad y la lealtad.
Quisiera preguntar a la comunidad ingenieril, ¿Es posible generar paz a través de nuestras profesiones? Para responder a esta pregunta debemos comprender por qué el desarrollo y el progreso se motivan para competir con el otro y no para ayudar al otro. Por eso empecemos dando una mirada retrospectiva hacia más o menos unos 68 años, no sin antes citar a Paul Preston y recordarles que "Quien no conoce su historia está condenado a repetir sus errores”.
Durante la guerra fría competimos entre nosotros para saber: ¿Quién era el mejor en política? ¿En economía? ¿Quién tenía el mejor y más grande ejercito?, ¿Quién lograba llegar primero a la luna? Estas preguntas son los cimientos de el por qué creo que la humanidad mejora por competir entre nosotros y es justamente esta incansable sed de superación e imposición de poder lo que en efecto nos ha dado las más grandes desgracias que la historia aun narra, las guerras.
Si retrocedemos un poco más nos daremos cuenta que las telecomunicaciones nacieron con el espionaje mientras que las mejores viales fueron hechas para asegurar el poder sobre una región. Todos estos hechos son comunes para todos nosotros, sin embargo, a pesar de que ha pasado tanto tiempo no se ha logrado un cambio notable. Así que digo que nosotros como ingenieros, generadores de desarrollo, debemos asegurar que las nuevas generaciones tengan el mundo con el que los medios universitarios muchas veces han soñado.
Debemos ser capaces de actuar en un mundo ambicioso y globalizado a fin de que nuestra intervención permita a lo mejor un cambio rotundo en la forma de planificar las obras civiles, dicho de otra forma que las obras civiles cumplan su objetivo de transformar el mundo para las ciudadanos y permitan la creación de una civilización más amable con el ambiente; y a pesar de que suene muy utópico un futuro en el que ya no compitamos por el poder, propongo que sea nuestra generación la precursora de
las verdaderas obras civiles que promuevan el desarrollo de la salud, la
economía y que impulsen el sector agropecuario; y por estas razones que generen
PAZ.
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